Cuento de misterio en el que tres mujeres que viven en el mismo complejo de departamentos intercambian personalidades en un pueblo de California. Robert Altman acierta con el tono surreal a través de imágenes recurrentes que quedan grabadas, pero sin significado definido. Pero los personajes tienen poco atractivo y el giro fantástico de la historia es poco convincente. El problema a veces con Altman es que su particular afición de lo desagradable y el mal gusto no combina con lo inteligente que se cree y lo en serio que se toma las cosas.