X-Men (2000)

Adaptación de comic en la que un grupo de mutantes son entrenados como superhéroes en Westchester, New York. Las pretensiones de reflexión sobre la discriminación planteadas al principio del film desaparecen rápidamente por el desconocimiento de los realizadores de alguna mínima noción del materialismo histórico que enmarque la lucha entre los dos bandos de mutantes. En ese sentido, la película es ultraconservadora. La excusa de la trama es muy limitada. Se centra en los dos personajes más sufrientes (Wolverine y Rogue) para victimizar a los mutantes, pero el conflicto es inexistente. Los villanos son simples maquetas y los héroes demasiado comprensivos. La indagación en el pasado, la personalidad y las ambiciones de ambos líderes está ausente. Sólo nos quedan las tres secuencias de acción: en la nieve al principio, en la estación de trenes y los enfrentamientos finales en la Estatua de la Libertad.  El prólogo en la segunda guerra mundial no aporta nada en términos narrativos. Para eso van estar las secuelas. La única intención del film es establecer una franquicia.