Drama en el que un joven vendedor de relojes conoce a una chica que se va a estudiar a Paris en Taipei. Tsai Ming-liang realiza un nuevo estudio sobre la soledad y la incomunicación. Lo que está narrando el film es una historia de amor en ausencia. El sentido del humor que aportan ciertas situaciones (los cambios de la hora de los relojes de la ciudad, la madre obsesionada con un muerto) resulta oportuno. Los planos secuencia con la cámara quieta son prolongados, pero no llegan a los extremos de Hou Hsiao-hsien.