Cuento de terror en el que un policía busca la cura para una epidemia zombi que azota a los Estados Unidos. Bookwalter se inspira en la trilogía de George A. Romero, con la que comparte ciertas temáticas y mitologías, y en el primer Sam Raimi, con el híper kinético manejo de la cámara y el sentido del humor excesivo. Si bien los efectos especiales de maquillaje le dan un toque enfermizo y delirante, la habilidad para resolver el guión y la historia está muy por encima del presupuesto. El film incluye una lúcida reflexión sobre la religión y la ciencia en el origen de los muertos vivos como respuesta a la inmovilidad de la sociedad. Bookwalter pertenece a la primera generación de directores que creció con los maestros del terror moderno disponibles en las estanterías de los videoclubes, por lo que su admiración hacia ellos es muy superior a su pretensión de renovar el género.