Cuento de terror en el que la dueña de un autocine que cuida de su hija muda con poderes psíquicos cree que el espíritu de su novio muerto por la mafia vuelve para tomar venganza en Florida en la década de 1950. Curtis Harrington cierra su ciclo de películas de terror de la década de 1970 sobre el camino a la locura y las divas desquiciada con una premisa más sobrenatural que se adapta sin problemas a su estilo y puesta en escena. Ya sea por los impactantes primeros planos de la hija (que aprovechan la particularidad de su rostro) o por los contornos impresionistas de la niebla en la noche sobre los pantanos. Su cine siempre es capaz de extraer el horror de la belleza y la belleza del horror.
