Retribution (2006)

Cuento de terror en el que un policía investiga una serie de asesinatos mientras sufre las apariciones del fantasma de una mujer vestida de rojo en Japón. Kurosawa realiza otro de sus productos de género alejados de todo encasillamiento, de particular belleza plástica, y con el vacío y la tristeza existencial de fondo que lo confirman como uno de los directores más personales de la actualidad. Lo que podría haber sido un rutinario seguimiento a una investigación policíaca, una sucesión de sustos y apariciones de fantasmas o un thriller que trata de explicar más de lo que se pide, Kurosawa lo convierte en otra cosa. Nuevamente la inventiva y original puesta en escena y el ritmo propio de cada secuencia es lo que conduce la función. A lo que va agregando nuevas capas como el asesinato del padre a su hijo que le pide jeringas, el asesinato de la mujer a su prometido o el recuerdo del protagonista que hace dudar de su presente que desvían la monotonía. Destacar las arriesgadas decisiones formales como el plano que abre el film (una especie de cuadro futurista con el puente de fondo), el larguísimo plano de la cara del fantasma acercándose a la cámara, la utilización del off visual durante el interrogatorio, las vueltas o levitaciones irreales del fantasma o el grito que rompe los tímpanos cerca del final. Kurosawa sigue siendo uno de los directores más personales y arriesgados de la actualidad. Allá quienes no quieran verlo.