Cuarta parte de Paranormal Activity (2007) en la que una adolescente y su novio sospechan de que la llegada de un niño vecino genera actividad paranormal en su casa en Nevada. Paramount continúa explotando la saga y el mismo concepto. Por lo menos hasta que deje de dar ganancias en la taquilla (tal vez, el próximo capítulo). Si uno de los aportes de la serie es el retorno del núcleo familiar al género de terror entre tantas sagas derivadas del slasher como Final Destination (2000-2011) y Saw (2004-2010), ahora hay que sumar (al previsible esquema de fantasmas y de casa encantada) la inclusión de niños demoníacos, pactos de brujería y una breve aparición de zombis. Lo cierto es que ya hay poco que explorar: los personajes han devenido sostenedores de cámara, los numeritos que indican el día y la hora son una invitación al tedio y la sucesión de sustos no puede sostener al film. Si la serie quiere sobrevivir a más de un capítulo en el futuro va a tener que cambiar el esquema (o dejar pasar el tiempo).