L’eden et après (1970)

Cuento de terror en el que unos estudiantes franceses que practican juegos sádicos en el café de la facultad son transportados al desierto de Túnez. Alain Robbe-Grillet abandona el relato autorreflexivo, la indagación semiológica en las imágenes, la cuestión del tiempo y la memoria de sus primeras películas para meterse de mete de lleno en la estética sado y el género fantástico. Más que cerca de Jess Franco, Jean Rollin o Harry Kummel que de Alain Resnais. El problema es que la alegoría del título le quita vuelo fantástico a la historia. La película queda en terreno de nadie. Aunque hay que reconocer que las imágenes son bellas, impactantes y shoqueantes.