Le sang d’un poète (1932)

Cuento fantástico en el que un poeta pinta una boca que cobra vida que le permite entrar en un mundo paralelo. Las imágenes de Jean Cocteau logran transmitir la fragilidad e la inquietud de toda búsqueda poética. Después, la interpretación de los símbolos y los episodios es azarosa. Ya en su ópera prima, Cocteau muestra su afición por los efectos especiales artesanales, los espejos, los pasajes y la muerte, elementos que serán la marca registrada de su filmografía.