Hors Satan (2011)

Drama en el que un joven vagabundo tiene la capacidad de hacer milagros en un pueblo del norte de Francia. Bruno Dumont continúa el proceso de depuración de su cine iniciado con Hadewijch  (2009) hacia una búsqueda más espiritual. Ahora con un toque de Dreyer se ahorra las provocaciones fáciles. Formalmente tal vez sea el director contemporáneo que mejor uso hace de los primeros planos (a partir de la particularidad de los rostros y del carácter intensivo de sus movimientos, pero también en función del relato) y del sonido (tan violento y compacto que absorbe el impacto de la imagen). A partir de la utilización de los espacios abiertos, de una fotografía muy luminosa, de muy pocos y escuetos diálogos y de la total ausencia de música, el film indaga en la subjetividad de lo milagroso y lo maravilloso. Si todavía hay lugar para repentinas explosiones de violencia, una secuencia de sexo salvaje y enfermizo, extraños comportamientos de los protagonistas y cierta animalidad en la descripción de los personajes, están bañadas esta vez por una mirada más compasiva. Dumont dejó de ser un director complaciente, pero sigue al borde de lo sublime y lo ridículo.