Don’t Breathe (2016)

Thriller en el que tres jóvenes ladrones (una chica y dos chicos) se meten en la casa de un veterano de guerra ciego para robar una alta suma de dinero en un suburbio de Detroit. Álvarez entra con el registro equivocado a la casa. La película asume la estética del cine de terror cuando en realidad no hay mucho que sostenga semejante planteo. Hay cierta ambigüedad moral en el planteo inicial de la historia, pero las situaciones dilatadas devienen artificiales. Al tener tan pocos personajes no se puede permitir el lujo de que mueran. Bustillo y Maury se metían en un embrollo similar en Livide (2011). Y otra cuestión, que las cámaras digitales puedan filmar con poca luz no significa que puedan filmar bien con poca luz. En el 85% de los planos no se puede ver el rostro de los personajes. Puede ser una decisión estética (no muy feliz por cierto), pero como el espectador promedio de este tipo de films no se fija en estas cuestiones, los realizadores parece que tampoco.