Ayúdame a vivir (1936)

Drama musical en el que en una joven que estudia en una escuela pupilo conoce a un muchacho en Buenos Aires. La aparente inocencia de las actuaciones y los diálogos no puede ocultar el estilo vital e imprevisible de Ferreyra. Como en Sunrise (1927) de Murnau la trama deviene casi una abstracción y la puesta en escena de Ferreyra está a la altura (el travelling del protagonista deslizándose por el espacio). Es difícil de comprobar si el recurso de la actriz que interrumpe una escena dramática para ponerse a cantar se originó con este film, pero ese momento tiene una fuerza emocional y narrativa inigualable.