Drama en el que un frutero con problemas familiares cae en una profunda depresión en Munich. Hay que destacar como Fassbinder no pierde la raíz dramática de la historia pese a los constantes zooms bizarros y los personajes freaks. En el fondo la película es una crítica a los rituales burgueses y al milagro económico alemán que no garantizan ninguna felicidad o placer. La impactante última imagen de los tres personajes en el auto mirando hacia el frente y planeando el futuro reduce todo a una cuestión de intereses.
