Drama criminal en el que tres gitanos húngaros que dan un show de espiritismo son llevados a New York para estafar a una heredera. El poder de los primeros planos de Browning recoge la ambigüedad de los personajes (tanto de los que engañan como de los que son engañados) y dan la sensación de que todo puede pasar. Pese a la puesta en escena gótica y barroca, el terror surge del realismo con que son presentados los estafadores y los estafados. El mundo del espectáculo y el del crimen son difíciles de distinguir.