Cuento de terror en el que unos soldados británicos en entrenamiento militar son atacados por un grupo de hombres lobo en un bosque de Escocia. El film es un válido aporte al subgénero de los hombre lobo. Si bien poco innova a nivel argumental tiene algunas características que lo elevan de la media. Por empezar, la cámara en mano, el ajustado montaje, los cambios de formato y los efectos especiales de animatronics dan una inquietante presencia a las criaturas bestiales y una textura realista a la naturaleza fantástica de la historia. El reparto y los diálogos tienen una sobriedad inglesa muy por encima del habitual del género. Las referencias puntuales a Night of the Living Dead (1968), The Evil Dead (1981) y Predator (1987) no resultan molestas y ayudan a despegar al film del subgénero. Tal vez las limitaciones del presupuesto estancan a la película en un pasaje poco feliz en una cabaña. Pero en el clímax, con los ataques de los hombre lobo, recupera todo el salvajismo insinuado en la primera parte. Inglaterra trata de retomar su lugar en el cine de terror a partir una nueva camada de directores (Marshall, Julian Richards, Michael J. Bassett, Christopher Smith).