Cuento de terror en el que un grupo de personas queda atrapado en una casa de granja ante una epidemia de zombis en el campo de Pennsylvania. Pese a algunos a referencias al vampirismo (el contagio), el elemento más contundente de la representación que George A. Romero hace de los zombis es la introducción del canibalismo. Los muertos vivos tienen apariencia de personas comunes, pero son lentos y débiles. Su origen se debe a la radiación de un satélite en el espacio. Romero hace un excelente uso de la fotografía en blanco y negro, del bajo presupuesto y del tono realista de la acción. La película es lo más parecido a una pesadilla puesta en imágenes. La sensación apocalíptica se esparce desde el comienzo con la tragedia ya desatada en un cementerio hasta la resolución con el destino de los personajes. Pese a algunos desacordes en las actuaciones y baches en el montaje, el impacto y el valor simbólico del film justifican su estatus como moderno clásico del terror.
