Thriller en el que a una mujer insatisfecha su novio le propone pasar la noche con un conde en New York. Resulta atractivo que Toback por fin haya decidido tener una protagonista femenina, aunque la escena en la que la presenta resulte previsible. Esta vez la puesta en escena de ambiente teatral, los diálogos en un par de conversaciones brillantes y la banda sonora con música clásica y hip hop están en perfecta correlación con la historia. Si bien el retrato que hace del novio cae en la caricatura, el ambiente y los conflictos aristocráticos no vienen a cuento y hay que soportar jump cuts innecesarios, lo conciso y simple de la historia la redime. Porque más allá del juego de apariencias, los personajes desagradables y las situaciones incómodas, todavía está presente la posibilidad de cambio y las consecuencias en la toma de una decisión. Las escenas de sexo que muestran a la protagonista de espaldas en la ducha, a la amiga que se presenta en su casa, el novio que le propone la oferta y el conde que le regala un millón de dólares tienen la capacidad de generar afecto y definir al personaje. Toback ha sabido perfilar sus personajes y su discurso a partir de no tomarse muy en serio.