Drama en el que una joven monja a punto de tomar los votos visita a su tío en una casa de campo en España. El film es todo un mazazo contra la institución religiosa y caritativa. La última cena de los mendigos es un show digno de Freaks (1932). Buñuel hace un excelente uso visual de los insectos (la mosca salvada del agua) y los animales (el gato que caza al ratón, el perro comprado). La resolución se burla de todo proceso de censura (una simple partida de tute cabrero es capaz de insinuar un ménage à trois).