Vampyr (1932)

Cuento de terror en el que un investigador de lo sobrenatural llega a una aldea donde una vampira ayuda a un médico en Francia. Antes que Bava, que Michael Powell y que Hitchcock, Dreyer encuentra la raíz del cine de terror moderno a partir de las alteraciones espacio-temporales, de los encuadres, de la iluminación y del timing narrativo. Su film es una puerta hacia lo fantástico que tiene una belleza atemporal. Si bien Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu es sólo un pretexto, los quiebres narrativos son un poco bruscos y todavía conserva procedimientos del cine mudo, la interpretación metafísica del vampirismo (tiempo) cuestiona las fronteras de representación de lo real. Así, Dreyer encuentra originales soluciones de puesta en escena como ese plano desde el punto de visita de un ataúd en movimiento.