Un gatto nel cervello (1990)

Cuento de terror en el que un director de cine gore tiene violentas alucinaciones originadas por sus películas en Roma. La película es una especie de testamento o de confesión de Fulci. El compendio de fragmentos de sus últimos films forma un montaje que induce a la carcajada o al vómito. Junto a Braindead (1992) de Peter Jackson marca el punto final de una etapa del cine gore. La secuencia en que el protagonista entra a la casa de un amigo y ve todos los asesinatos de la familia muestran su habilidad para el surrealismo. Ni Fellini o Truffaut fueron tan lejos en un ejercicio de auto exposición en una película como Fulci.