Tout le monde il en a deux (1974)

Comedia erótica en la que una chica es secuestrada por una secta sexual a causa de unas fotos comprometedoras que sacó su amiga en Francia. El montaje juega en el límite del softcore y el hardcore. Las escenas de sexo son bastante largas y muy gráficas (sólo le juega en contra la falta de erecciones). Si bien la historia es lo de menos, Rollin cuela algunos guiños a su cine (además de los posters de sus films): la mansión en el campo, las gemelas sirvientas, los disfraces.