Drama en el que un inmigrante italiano se casa con una mujer y se enamora de otra en Martigues. Renoir se adelanta al neorrealismo al utilizar actores no profesionales en un rodaje en exteriores para narrar una historia de pasiones desbordadas y desbordantes que nunca cae en la condescendencia. Pero el mayor mérito del film está en la exacta temporalidad de las escenas y la sensación de inevitabilidad de la tragedia. De manera que tal que hace que la dosificación de la información pase a un segundo plano porque el acontecimiento la supera.