Comedia de cuatro historias independientes que transcurren en la ciudad de Roma. Allen, luego del éxito de Midnight in Paris (2011), continúa su recorrido por las ciudades europeas. Ahora es el turno de Roma. Adopta el modelo de los films de episodios, con la salvedad de que el montaje alterna las historias al mismo tiempo, por lo que surgen algunas dificultades insalvables. Ya sea por la distinta temporalidad de cada segmento, ciertos estereotipos sobre la idiosincrasia italiana o el muy pobre retrato de los personajes femeninos. O, sencillamente, por un guión muy poco inspirado. Las cuatro historias comprenden a un arquitecto testigo de un drama juvenil (la más típicamente Woody), una pareja de recién casados que llega a la ciudad (de tono picaresco), un hombre común convertido en celebridad (veta surreal) y un director de ópera retirado que quiere aprovechar a un cantante de ducha (el más absurdo). Si de vez en cuando aprovecha la duración del plano y Alec Baldwin brilla en su papel, es demasiado poco. Nuevamente Allen se refugia en la ligereza y la intrascendencia para recordarnos su postura de no tomarse muy en serio.
