Thriller en el que una pareja escapa de su casa en California ante un apagón masivo que genera extremas condiciones de inseguridad en los Estados Unidos. La naturaleza fantástica del guión de David Koepp genera un escenario propio de Night of the Living Dead (1968). A partir la quietud y el silencio se crea una atmosfera inquietante que bordea el terror. La virtuosa utilización de los planos secuencias remite al mejor Brian De Palma. De no ser por cierta moralina que se desprende del comportamiento de los personajes y la falta de valentía para encarar el final, estaríamos en presencia de uno de los mejores filmes de carreteras perdidas de la década de 1990.