Cuento de terror en el que una mujer es acusada de brujería y llevada a una cámara de torturas en España en el siglo XV. Adaptación sólo nominal del cuento de Edgar Allan Poe. Luego de un excelente arranque, el film decae. El relato es más histórico que terrorífico. Si bien Stuart Gordon muestra su capacidad para ir siempre un poco más lejos (el inquisidor es un auténtico psicópata), debe luchar contra un guión demasiado esquemático.