Comedia dramática en la que la familia de un escultor se prepara para la retrospectiva de su obra en el Musem of Metropolitan Art de New York. La segunda película seria de Adam Sandler en toda su carrera tiene muchos parecidos con el anterior film de ficción de Noah Baumbach como director, no sólo por la llegada de un evento que pone en perspectiva las relaciones conflictivas de una familia. A veces los personajes se pasan de lástima y piedad, pero Baumbach no los observa desde un lugar de superioridad, sino que los comprende y los acompaña hasta el momento en que la situación se hace insostenible y desprenden ternura y patetismo a partes iguales. A veces el tiroteo de los one-liners suena demasiado a Smart Series, pero de a poco la película va encontrando su ritmo, sus silencios y sus pausas. Extrañamente cada vez más su cine se parece al de Eric Rohmer y menos al de Claude Chabrol.