Drama en el que un actor de Hollywood se queda en Perú después de que se cancela la filmación de una película. Recién salido de Easy Rider (1969), Dennis Hopper redobla la apuesta. Incursiona en el subgénero de cine dentro del cine con un claro discurso anticolonialista y un sentido del humor tan anticonformista como autoparódico. La película deja en claro que un nuevo tipo de dominación subsiste cuando las promesas de riquezas nunca se cumplen. No es extraño que el film haya sido tan maltratado e incomprendido en su país.