Drama en el que una joven prostituta vive con su novio personal trainer en New York. Soderbergh regresa a la experimentación, al bajo presupuesto y a los actores no profesionales (aunque su protagonista es una actriz porno) de Bubble (2005), pero los resultados no son tan estimulantes. Si bien hay algo de Godard en cuanto al tema de la prostitución, a la frialdad de la puesta en escena y a la relación con el capitalismo, en su cine no hay goce, sólo pura pedantería. La barrera la encuentra al pasar a la acción porque las alteraciones temporales, las actuaciones despojadas y la condescendencia hacia los personajes dejan al film en el terreno de nadie. La agenda cargada de temas que van de la crisis financiera, la elección presidencial y el emprendimiento económico termina copando la parada, pero sin énfasis. Soderbergh sale de su excursión con el Che con un proyecto casero muy poco inspirado.