Biopic del aviador, cineasta y millonario americano Howard Hughes desde 1927 hasta 1947. Scorsese sigue con sus monumentales proyectos en la línea de Gangs of New York (2002), aunque muy lejos de los personajes, ambientes y situaciones que mejor sabe explotar. El film es espectacular, grandiosos y deslumbrante, pero en el fondo superficial, vacío y conformista, casi como un desperdicio de fotografía, vestuario y actuaciones. El principal problema es que la “introspección” en el personaje sólo depende de sus fobias y su obsesión por la limpieza. Carece de la implicación moral y religiosa que siempre ha sido el motor de los films de Scorsese. Incluso su pasión por la aviación no se traduce en imágenes. Tal vez Michael Mann (el director originalmente elegido) hubiera sido más acorde al material. Sus ficciones sobre personajes ambiciosos, obsesivos y perfeccionistas mezclan con habilidad el estilismo y el realismo. Claro que con la fascinación por el Hollywood de la época dora, los distintos tonos y colores de la fotografía y la adecuada utilización de la música y de las canciones, no podemos olvidar que estamos ante un film de Scorsese (lo que no es poco). En estos días es más fácil para los grandes directores americanos aceptar una superproducción que gestionar un film personal.
