Taxi Driver (1976)

Drama criminal en el que un taxista que odia las inmundicias de las calles trata de salvar a una prostituta adolescente en New York. Martin Scorsese hace un impecable retrato de la locura, la soledad y la desgracia, incluso con cierta concepción fantástica del relato, a partir del hecho de que el protagonista sufre de falta de sueño. El film lleva a la reflexión sobre cómo invertir el tiempo, el dinero y las intenciones en las sociedades contemporáneas. La explosión de violencia de la resolución es impactante porque todo sucede delante de la cámara.