Film de animación en el que una niña de 10 años entra en un mundo de dioses y espíritus. Pocos cineastas proponen un verdadero viaje a un mundo fantástico (otro mundo): Lynch, Cronenberg y paremos de contar. Ahora habrá que agregar a Miyazaki a la lista. Todo es armonía y distinción en este film. Desde la animación (con poco uso de lo digital), hasta la historia y los personajes. Para ponerlo en pocas palabras: Spirited Away es el golpe más brutal y violento al placer de los sentidos que ha dado el cine en la década de 2000. El que no conozca a Miyazaki y lo compare con cualquier film de animación al uso va a encontrar una original e imprevisible historia, una nula esclavitud a los números musicales y una total ausencia de infantilismos. La extraordinaria partitura de Joe Hisaishi es una nueva muestra del talento del mejor compositor actual del cine japonés. Las referencias visuales a la bruja, las bolsas de dormir y la caldera muestran cierto conocimiento de Miyazaki del cine de terror gótico italiano. Es hora de que se reconozca a Hayao Miyazaki no como un maestro del cine de animación, sino como un maestro del cine.