Tercera parte del Hombre Araña en la que Peter Parker tiene problemas con su novia mientras se enfrenta a el Hombre de Arena y el Nuevo Duende en New York. Sin dudas, la película es la más divertida, irreverente e irónica de las tres. También, no es para menos la ironía de gastarse 250 millones de dólares en los conflictos adolescentes de telenovela del protagonista. Luego de un comienzo muy de postal feliz que bordea el ridículo, Raimi inserta un fundido del protagonista en la sala de espera del hospital y empieza a sumar conflictos. El rango de emociones alcanza lo cómico (la aportación genial de los secundarios, la secuencia de entrega de la llave) lo dramático (la negación a la propuesta de matrimonio, los celos del personaje de Kirsten Dunst) y lo espectacular (la transformaciones del Hombre de Arena). Las únicas quejas son la alienante escena de pelea con el Nuevo Duende en el aire y que la estupidez del protagonista que ya se hace insostenible para los próximos capítulos. Momentos impagables como la aparición de Bruce Campbell como mozo de restaurant francés, las escenas de Peter Park dark a ritmo de música funky y los comentarios obvios de los periodistas antes de la pelea final confirman que Raimi continúa fanatizado con su criatura. Por lo menos todavía logra transmitirlo.
