Rosaura a las 10 (1958)

Cuento de misterio en el que un restaurador de cuadros se hospeda en una pensión de Buenos Aires en la que se aparece una mujer que dice conocerlo. Adaptación de la novela de Marco Denevi. La fidelidad de la novela acentúa los mismos problemas de esta en cuanto a la dosificación de la información y el punto de vista, pero además crea otros. Juan Verdaguer más que un gato parece un insecto. Rosaura es un personaje esquivo, inmaterial, creado en la imaginación. Los pensionistas son personajes desagradables, que hacen del chisme (y no la fantasía) una forma de ser. Las películas de Fernando Ayala retomarán este motor de la ficción hasta bien avanzada la década de 1980. Sólo en la última parte, con las alteraciones del punto de vista, el film gana algo de atractivo. Es que arranca tan bajo, con un marco tan prejuicioso que hay que reconocerle ciertos méritos a la puesta en escena de Soffici: el uso del formato scope, el trabajo de actuación, la estructura narrativa.