Rockula (1990)

Comedia musical de terror en la que un vampiro busca amor en los clubs nocturnos de Los Angeles. La película no está interesada en jugar con los mitos del vampirismo: el protagonista usa protector solar. La única variante es la transformación. El retrato de la industria de la música en los tiempos del videoclip es sencillamente estúpido y la repetición del chiste del espejo cansa. El film recoge lo mejor y lo peor del cine de la década de 1980: desde la liviandad de los conflictos hasta los labios abiertos en estado de constante perplejidad de Tawny Fere. Pero tampoco se le puede pedir mucho más a una producción del Cannon Film Group ya en la década de 1990.