Cuento de terror en el que un dibujante de cómics se pone un traje de superhéroe y sale a combatir a una pandilla de violadores en Akron, Ohio. Poco a poco la parodia y el sentido del humor dejan paso al horror. Al protagonista no le sale nada bien, se inserta partes metálicas para ocultar sus heridas y sufre alucinaciones de zombis deformes. La violencia se vuelve gráfica. El gore, impresionante. Pese al bajo presupuesto, a unos chistes algo idiotas y a las actuaciones amateurs, hay un esforzado trabajo en la puesta en escena y en la iluminación. El juego de la realidad y la ficción lleva al film al límite de la seriedad y la parodia.