Cuento de ciencia ficción en el que unos robots gigantes americanos y rusos pelean por territorios en un futuro postapocalíptico. Pese al escaso presupuesto y la modestia de la propuesta, las escenas de batallas están sorprendentemente bien resueltas y la descripción del futuro es coherente. Sin embargo, y por más cruel que suene, el cine Stuart Gordon despojado del sexo y la violencia carece de energía.