Policial en el que la hija de un joyero asesinado en un robo se mete en la familia del ladrón en Londres. Gilling empieza a perfilar mejor su estética hacia la abstracción lírica: ya sea en la fotografía (las luces blancas en la noche), el guión (la inserción del melodrama en el policial), los personajes (la ambigüedad de las conductas y los sentimientos) o el gesto de los actores (el llanto de la protagonista en la resolución).