Comedia dramática en la que un hombre busca de todas formas alegrar a su novia deprimida en un suburbio de París. Blier sostiene el artificio gracias a unos excelentes diálogos, la lógica de lo imprevisible y una feroz incorrección política. El film es uno de los mejores exponentes de la comedia moderna. La inolvidable escena de la seducción en la cama entre la novia del protagonista y un niño de 13 años está rodada con clase y sin pudor.