Comedia dramática en la que la esposa del dueño de una fábrica se hace cargo del negocio cuando su marido sufre un infarto en una ciudad del norte de Francia en 1977. Luego de varios productos de bajo perfil, Ozon apuesta nuevamente al artificio, al gran reparto y a la sátira de 8 femmes (2002). Si se lo nota demasiado cómodo con los colores pasteles, las camisas de la década de 1970 y la dinámica de sitcom, siempre hay lugares para ponerse un poco más serio: el matrimonio acabado, los hijos a la deriva, el resurgimiento de la relación con un amante ilusionado. Ozon siempre fue un director de contrastes (el artificio y el realismo, los excesos y la contención, la estilización y lo berreta). Da la impresión que tarde o temprano va a tener que volcar la balanza para uno u otro lado. En cuanto al reparto, Catherine Deneuve una vez más demuestra que es mucho más inteligente que lo que su apariencia hace suponer, Gérard Depardieu en un par de gestos al principio se roba la función y Fabrice Luchini queda un poco desfavorecido por la condescendencia con que es visto su personaje. Ozon acepta un producto que lo ayuda a seguir en los primeros planos como si fuera una lujosa concesión que se puede dar en este momento de su carrera.