Drama en el que el hijo de un senador ingresa a un centro de rehabilitación por su adicción a la pasta base de cocaína en Buenos Aires. A partir de los numerosos personajes, de una estructura de flashbacks, de una subtrama policial y de la variedad de sectores sociales involucrados, Rafecas quiere orquestar “algo” contra o sobre las drogas. Peca de cierta indulgencia, pero da un paso adelante. Algo balbuceante, esquemático y pretensioso (la puesta en escena todavía sigue siendo televisiva), pero al menos abandona el naturalismo en pos del realismo. El retrato de los personajes y el gran trabajo de los actores son más que convincentes. Escapan a la veta sensacionalista y oportunista con que el producto se presenta. Rafecas es más inteligente que talentoso. No va a hacer grandes películas, pero al menos no engaña a nadie.