Ordet (1955)

Drama en el que una familia trata de lidiar con un hijo que ha perdido la razón y se cree Jesucristo en una granja de Dinamarca en 1925. A partir de una asumida teatralidad, de planos largos, de una fotografía prístina en blanco y negro y de un original uso del espacio, Dreyer encuentra la profundidad de campo, la iluminación espiritual y la ruptura temporal en el más puro ascetismo. Su lúcida mirada al amor y a la fe no esconde una devastadora crítica a la religión que niega el milagro y la creencia en pos de la ritualización.