Master and Commander (2003)

Aventura en la que un buque inglés debe capturar a uno francés durante las guerras napoleónicas durante 1805. Adaptación de la novela de Patrick O’Brian (1969). La película tiene un enorme despliegue de producción al servicio de una historia que de clásica pasa a convencional y a un Russell Crowe más gladiador que nunca. Lo cierto es que 140 minutos de adoración al orden, la disciplina, el poder y la valoración de los esfuerzos marinos no es la idea de entretenimiento. Los personajes del médico amigo humanista, el adolescente que le amputan el brazo y el marinero del que todos desconfían nada aportan. Están las previsibles escenas: el capitán que tiene que sacrificar a un hombre en beneficio de todos, la tormenta que casi desmantela la embarcación, el protagonista que se ablanda y el camuflaje final aprendido. Las secuencias de batalla son ciertamente un numeroso grupo de planos montados con apuro y sin sentido. Peter Weir apenas se destaca en algunos silencios y elipsis que afirman el realismo y en la presentación de los personajes. El film coproducción de FOX, Miramax y Universal demuestra que la academia sólo premia el esfuerzo de tres majors.