Drama en el que un maestro rural viaja a Buenos Aires en busca de financiación para su escuela. La película queda a merced de los vaivenes de un guión un poco folletinesco. La dicción afectada de Pepe Arias se convierte en un hándicap para su personaje. Más allá de sus loables intenciones, el film termina haciendo una caricatura de los buenos sentimientos. El personaje de Mecha Ortiz está desaprovechado porque la película no se atreve a desarrollar una historia de amor con el protagonista.