L’inmortelle (1963)

Drama en el que un profesor francés conoce a una mujer que luego desaparece en Estambul. En su ópera prima como director Alain Robbe-Grillet utiliza todos los recursos del relato “mental”, es decir, una narración que da la impresión sólo sucede en la cabeza del protagonista, el autor o el espectador del film: imágenes recurrentes, alteraciones temporales, ruptura de la cadena significante, yuxtaposición del sonido y las imágenes, falsos raccords, extras inmóviles en el fondo. La película cuestiona el lugar del espacio y el tiempo desde donde se narran las historias. El orden visual es capaz de engañar a la mente porque la cadena ya está rota desde el principio. La propuesta inevitablemente deriva en un cuento de fantasmas.