Aventura en la que un joven sigue a un grupo de ladrones que secuestraron a su novia en París y la llevan a Río de Janeiro. De Broca mantiene en movimiento su film en todo momento. La velocidad de los diálogos, los intercambios entre los actores y la duración de las escenas están en función del ritmo frenético del film. Después las locaciones reales y la disposición de la pareja protagonista de Jean-Paul Belmondo y Françoise Dorléac hacen el resto. Al igual que Cartouche (1962) es un poco larga (en cierto punto el espectador sufre el desgaste), pero en este caso cuesta identificar alguna escena o secuencia que esté de más. Para cuando el film arriba a su clímax en la selva amazónica no quedan dudas que Spielberg y Lucas lo tomaron como referencia para Raiders of the Lost Ark (1981). Y es que ya en la década de 1960 asomaba esa ironía hacia las imágenes del cine, aunque no con el tono excesivo y anulador de la década de 1980.