Le frisson des vampires (1971)

Cuento de terror en el que una pareja recién casada va al castillo de unos familiares que en realidad son vampiros en Francia. El tono surrealista, pesadillesco y alucinatorio domina la función a través de los paseos nocturnos por el castillo a luz de vela, los colores bien marcados de la fotografía (rojo y azul) y el gusto por los planos abiertos que dan una sensación de teatro macabro. Rollin se adelanta a Argento en la utilización del rock progresivo para hacer música de una película de terror con la participación de la banda Alcanthus y los resultados son excelentes. De a poco el contenido erótico va subiendo de tono (hay cinco mujeres vampiras dispuestas a desnudarse) y se adapta a la estructura del film.