La Venere d’Ille (1979)

Cuento de terror en el que un pintor llega a un pueblo en el que se encuentra enterrada una estatua de bronce maldita en Cataluña en el siglo XIX. Adaptación del cuento de Prosper Mérimée. El talento visual de Mario Bava se ve contenido por las limitaciones del medio televisivo. Si bien trata de sacar provecho de la sugerencia, la aplicación (semi) realista de la puesta en escena y el rostro de Daria Nicolodi, la efectividad del relato se ve reducida por el estatismo de la estatua (y el hecho de que en sí no es muy aterradora). Último trabajo como director de Bava y primero de su hijo y hasta ese momento asistente Lamberto. El mediometraje formó parte de la mini serie italiana I giochi del diavolo (1981) que adaptaba cuentos de terror del siglo XIX.