Cuento de terror en el que una joven busca de su tío director de cine de terror recientemente fallecido en Francia. Jean Rollin propone un viaje surreal por su propia obra. No hay amenaza en el sentido estricto, pero un estado de serena incomodidad, una extraña atmósfera mortuaria invade el relato. Los fragmentos de sus películas de antaño se mezclan con las imágenes del presente. Hay incluso una oportuna referencia a L’itinéraire marin (1963), su film no terminado y perdido. Los planos detalle de los objetos en el museo, en especial esa pequeña muñeca, nos conectan con el otro mundo. Rollin siempre fue un director extraño, ubicado en un límite poco preciso del cine exploitation, el cine de género, el cine de autor y el surrealismo. La nuit des horloges es un merecido autohomenaje.