Policial erótico en el que un escritor investiga la muerte de una joven modelo para su próximo libro en Paris. Más allá de la estructura de flashbacks y de entrevistas, la excusa policial sobre la identidad del asesino y de que Roger Vadim crea que está diciendo algo sobre la época y los intelectuales, el film no pasa de un decadentismo post Ultimo tango a Parigi (1972) que bien puede entrar en la categoría de euro-trash-softcore. El lenguaje visual de Vadim ha decantado hacia la televisión con unos primeros planos chatos y unos cortes ponchados. Pero a decir verdad, nunca tuvo uno para empezar, así que no es una gran pérdida.