Drama en el que unos jubilados son perseguidos y asesinados por un grupo de jóvenes armados en Buenos Aires. Basado en la novela de Adolfo Bioy Casares. Torre Nilsson adapta nuevamente a Bioy Casares y, al igual que en El crimen de Oribe (1950), le falta un poco de irreverencia al planteo. La seriedad con que se toma el tema desaprovecha un escenario que se presta más para la comedia negra, la farsa o incluso la ciencia ficción. La recreación de alguno de los ritos del jubilados (jugar al truco, ir a las plazas, el show de strippers) resulta oportuna. Y en algún montaje que cuela (el niño y el joven), Torre Nilsson deja en claro su postura sobre el tema.
